jueves, 5 de junio de 2008

Miedo o Valentía!


Son muchas las reflexiones que me vienen a la mente en relación a todo lo que un director, manager o jefe debe hacer para jugar perfectamente el rol que se le ha encomendado dentro de la organización. Todas ellas distintas dependiendo del momento en el que vivía, de la compañía en la que trabajaba, de la situación personal en la que me encontraba o de los compañeros de los disponía; pero sin ninguna duda, hubo una característica que siempre brilló por su ausencia en la práctica totalidad: la falta de valentía profesional a la hora de gestionar un equipo, un departamento o un grupo de personas.
Siempre he admirado a aquellos managers que para lograr los objetivos del conjunto de las personas sobre las que tiene una cierta responsabilidad, han basado su gestión en potenciar sus capacidades, o lo que famosamente conocemos: gestionar el talento.
Y gestionar el talento no es más que identificar el diamante en bruto,el aprovechamiento de todo lo que la persona puede dar, el desarrollo profesional de la misma ligado a la formación requerida y además, darles voz y y por supuesto pie a que aporten.

¿Es que acaso no sabían gestionar ese conocimiento o quizás porqué pensaban que alguien mejor les podía superar si les transmitía todo su “expertise”?

Y al final, como muy bien Pilar Jericó recoge en su libro “No miedo”, en la mayoría de las veces, podríamos explicar todo estos comportamientos por la sensación de miedo, un miedo genérico que la autora del mismo desagrega en los siguientes cinco.

Miedo a la no supervivencia. Madré mía que me no me llega para la hipoteca!!
Miedo al rechazo. Y tú fijate que van a decir de mi!!!
Miedo al fracaso. Llevamos muchos tiempo con esto, tenemos que lograrlo!
Miedo a la pérdida de poder. Sé va a enterar ése de quíén soy yo!
Miedo al cambio. Madré mía y yo con estos pelossssssssss!!!

Todos estos cinco ocurren con más frecuencia de lo que pensamos y parecerá un locura, pero así es en la mayoría de las veces!!!Sigue existiendo el miedo al movimiento, a lo nuevo, a lo desconocido, en definitiva a aquello que no controlamos.

Todos ellos se acrecentan a medida que subimos el escalafón dentro de la jerarquía organizacional. La verdad es que existe la sensación de vértigo, de una caída profunda y de no poder levantar cabeza después.

Y yo les diría a todos ellos:

No al miedo para dirigir; en resumidas cuentas, renovarse o morir. Siempre he sido de los de la impresión que sólo permanece lo original, lo inigualable y por supuesto lo genuino. No podemos apostar por segundars partes (que siempre fueron malas) y no exíste un metodo de gestión que explique otro.
En conclusión, señor director: “Suerte y al toro!!!
Antonio Martínez

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