sábado, 15 de diciembre de 2007

chiste del sabado

Mientras el resto de mis compañeros de clase están de cena de navidad, yo estoy aquí en el curro hasta las doce de la noche, escuchando a gente hasta que me duela la cabeza mientras hago prácticas para todo tipo de asignaturas variadas.
Y entre una cosa y otra, encuentro un hueco para revivir el blog un poquito con un chiste (y mañana la viñeta de los domingos).

Un día, mientras camina por la calle, un hombre de éxito, director de RRHH, es trágicamente atropellado por un camión y muere. Su alma llega al paraíso y se encuentra en la entrada a San Pedro en persona.
"Bienvenida al paraíso" le dice San Pedro. "Antes de que te acomodes, parece que hay un problema. Veras, muy raramente un directivo ha llegado aquí y no estamos seguros de que hacer contigo".
"No hay problema, déjame entrar", le dice el Director de RR.HH.
"Bueno, me gustaría, pero tengo ordenes desde lo más alto. Lo que haremos será hacerte pasar un día en el infierno y otro en el paraíso, y luego podrás elegir donde pasar la eternidad".
"De hecho, ya lo he decidido. Prefiero estar en el paraíso" dice el Director RR.HH.
"Lo siento, pero tenemos nuestras reglas"


Y con esto San Pedro acompaña al director al ascensor y baja, baja, baja hasta el infierno. Las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf. A lo lejos hay un club y de pie delante de él están todos sus amigos -colegas directivos que habían trabajado con el-, todos vestidos con traje de noche y muy contentos. Corren a saludarla y recuerdan los buenos tiempos. Juegan un agradable partido de golf y luego por la noche cenan juntos en el club con langosta y caviar. Se encuentra también al Diablo, que de hecho es un tipo muy simpático y se divierte mucho contando chistes y bailando. Se está divirtiendo tanto que, antes de que se dé cuenta, es ya hora irse. Todos le dan un apretón de manos y le saludan mientras sube al ascensor. El ascensor sube, sube, sube, y se reabre la puerta del paraíso donde San Pedro la esta esperando.
"Ahora es el momento de pasar al paraíso". Así que el Director de RR.HH pasa las 24 horas sucesivas pasando de nube en nube, tocando el arpa y cantando. Se divierte mucho y, antes de que se dé cuenta, las 24 horas ya han pasado y San Pedro va a buscarle.
"Entonces, has pasado un día en el infierno y otro en el paraíso. Ahora debes elegir tu eternidad".
El Director RR.HH reflexiona un momento y luego responde: "Bueno, no lo habría dicho nunca, quiero decir, el paraíso ha sido precioso, pero creo que he estado mejor en el infierno". Así que San Pedro le acompaña hasta el ascensor y otra vez baja, baja, baja, hasta el infierno. Cuando las puertas del ascensor se abren se encuentra en medio de una tierra desierta cubierta de humo y desperdicios. Ve a todos sus amigos, vestidos con trapos, que están recogiendo los desperdicios y metiéndolos en bolsas negras. El Diablo le alcanza y le pone un brazo en el cuello.
"No entiendo", balbucea el Director RR.HH. "Ayer estaba aquí y había un campo de golf y un club y comimos langosta y caviar y bailamos y nos divertimos mucho. Ahora todo lo que hay es una tierra desierta llena de desperdicios y todos mis amigos parecen unos miserables".
El Diablo le mira y sonríe. "Ayer te estábamos contratando. Hoy eres parte del personal".