A menudo me pregunto cómo puede llegar una persona a influir en la forme de pensar y de actuar de los demás, y más concretamente pienso en cómo Adolf Hitler pudo haber llevado un pueblo como Alemania a provocar la muerte y destrucción a decenas de millones de personas, incluyendo el genocidio de unos seis millones de judíos en lo que se conoce como el Holocausto.
Creo, que independientemente del tiempo que empleé en intentar entenderlo, no lo lograré. Pero lo que tengo muy claro es que por ejemplo Hitler, se debía de tratar de un líder, y así está contemplado en los libros de historia, como “un líder que utilizo su hipnotizante retórica y gran carisma para ganar terreno político”.
Desde este punto de partida, las palabras liderazgo y carisma, que desde que era niña las había relacionado como cualidades positivas en las personas, me las empiezo a replantear, y llego a la una conclusión personal, y es que nada en esta vida es bueno o malo, sino depende de cómo se mire y sobre todo de los fines para los que se utilice. En este caso este individuo, supo aprovechar sus cualidades para intentar conseguir su sueño e involucrar en él, a gran parte de la sociedad alemana de esa época.
El problema para mí, parte en que una meta o un sueño así, en cualquier circunstancia y sociedad (si se piensa de una manera lógica) se habría considerado como un “horror”, “barbaridad” o “locura”, y a la persona que la plantea directamente como un “demente”, pero en este caso esto no fue así, ya que gracias a sus atributos (sus dotes de liderazgo y de carisma) logró inspirar y asociar a muchísima población con un sueño maquiavélico.
Y lo más importante es el hecho de que las personas pueden llegar a olvidar su moral y principios, para seguir a líderes como éste.
Quizá, muchos piensen que esto fue una locura y que jamás se volverá a repetir, pero yo creo que para que esto suceda no se debe ver así, sino que es conveniente pensar en el fondo e intentar comprender toda la “ilógica” de este suceso, para lograr que no vuelva a suceder.
Otra pregunta que me realizo es: ¿Es realmente Hitler un líder?, la respuesta no está del todo clara, por un lado todos los documentos de historia y literatura lo definen como el “líder”, pero yo asocio esta figura a la de los “líderes” de diferentes sectas religiosas, que más que intentar guiar, lo que hacen es un “lavado de cerebro”, donde se intenta reducir la capacidad de razonar de los seguidores.
Un liderazgo peligroso, sucede a menor escala en todos los ámbitos de la sociedad, ya sea en la familia, amigos, pero sobre todo sucede en el ámbito de empresa, ya que existen muchos líderes en este círculo, que en vez de utilizar esta cualidad de forma positiva la utilizan de la forma contraria, y creo que es conveniente saber identificar cuando esto sucede.
A la última conclusión que llego es que todo liderazgo es bueno, si los fines que se pretenden conseguir también lo son, pero sobre todo que las personas nunca debemos olvidar nuestros principios y nuestra ética, para no llegar a situaciones como las mencionadas, y por supuesto no hay que dejar que el líder sobrepase las barreras de “guiar” para anular “tu personalidad”, ya que eso no lo podemos entender como liderazgo.
Laura Sánchez.
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