"Hasta hace muy poco tiempo un empleado que estaba a punto de inaugurar un nuevo puesto de trabajo sólo debía de preocuparse de una cosa: negociar de la forma más ventajosa su sueldo. Ahora las tornas han cambiado.
Una nómina en condiciones tiene que ir acompañada de otras cuestiones a las que no definen el número de ceros que se ingresan en la cuenta bancaria cada mes. Los universitarios saben que su formación especializada tiene un precio que va más allá de la retribución dineraria y por eso se sienten en condiciones de exigir a las empresas un plus de beneficios personales.
Jorge Sánchez Moreno tiene 24 años y es estudiante de Ingeniería Informática en la Universidad Complutense de Madrid. Sabe que su salto al mundo laboral está cada vez más cerca y le preocupa dónde y en qué condiciones lo va a dar. "Yo busco una empresa que me proporcione una buena formación para poder ascender poco a poco en el ámbito profesional".
En sus palabras destaca una que aparece con bastante frecuencia al hablar con universitarios de últimos años de carrera que piensan ya en un primer empleo. Esa palabra es formación.
Elvira Molina estudia Administración y Dirección de Empresas en la Universidad CEU San Pablo, Madrid. "Para mí lo más importante de un empleo es que te proporcione la oportunidad de desarrollarte profesionalmente. Busco una empresa que me dé futuro".
Formación y flexibilidad
Formación. Desarrollo profesional. Las demandas crecen, y nadie menciona siquiera un buen sueldo.
José Sierra. 22 años y estudiante de Ingeniería de Obras Públicas en la Universidad Politécnica de Madrid. "A la hora de elegir un trabajo, influirá mucho el que tenga un horario flexible".
Flexibilidad horaria. Un plus a tener muy en cuenta. Pero... ¿es que a nadie le importa lo que se va a llevar a fin de mes? Sí, claro, pero parece que cada vez menos. Por una sencilla razón: la escasez de talento garantiza a quien puede demostrarlo un buen sueldo, pero quien se lo lleva exige, además, otras cuestiones a su empleador.
Según el informe elaborado por la consultoría PeopleMatters, la realidad del mercado laboral español está claramente marcada por factores como el descenso de la natalidad, el envejecimiento de la población, el incremento de la demanda de puestos especializados y el descenso en la oferta. La escasez de trabajadores se traduce en mayores problemas para la empresa que quiera retener a sus mejores empleados, y los universitarios de hoy saben que ese es el panorama que les espera en el ámbito laboral. Se dejan mimar porque saben que el suyo es un valor escaso que hay que aprender a cuidar si se quiere contar con él.
Planes de formación continua
Entre los mimos que están encantados de recibir se encuentran aquellos que engloban lo que se ha dado en llamar salario emocional, un conjunto de medidas laborales encaminadas a hacer más real la premisa de que no hay que vivir para trabajar, sino todo lo contrario. Y eso sin perder de vista el crecimiento profesional, porque nuestros jóvenes no quieren estancarse en su formación, aunque ya hayan encontrado un buen puesto de trabajo.
Patricia Hernando es la directora de Empleo de Indra y de esto sabe lo suyo. En su empresa existe un programa en el que se concretan estas medidas y su nombre no podía ser más explícito: Equilibra. En él se contemplan diversas iniciativas muy determinadas cuyo objetivo es el poder compaginar la vida laboral con la familiar y personal .
"La empresa actual tiene que darse cuenta que, además del salario, la relación entre empleador y empleado tiene que ser más completa". Dentro de las políticas de conciliación que se engloban en Equilibra existen las que hacen referencia al tiempo y la flexibilidad horaria - "muy valoradas por nuestros empleados más jóvenes"-, y las que contemplan servicios y apoyo profesional cuando éste se requiere, como es el caso de una ayuda económica cuando el trabajador tiene hijos con minusvalía a su cargo o el pago total de una línea de ADSL si el empleado acredita una discapacidad de al menos el 33 por ciento oficialmente reconocida.
El valor añadido
Además de esas medidas que permiten compatibilizar trabajo y vida personal, "otra de las partes más importantes para nuestros empleados -señala Patricia Hernando-, sobre todo para los más jóvenes, es la formación continua adaptada a las necesidades de desarrollo que tiene cada persona en un determinado momento de su evolución profesional".
Ese programa de formación continua de Indra para sus empleados posibilita un plan de carrera muy definido por puestos de trabajo. "Al ser una empresa muy grande complementamos la formación presencial con la on line, sobre todo, en lo que se refiere a la parte más técnica. Gracias a un acuerdo con la Universidad de Monterrey, líder mundial en formación a través de internet, podemos combinar ambos aspectos".
La directora de Empleo de Indra confiesa que todos los cursos que organiza la empresa para la formación de sus empleados gozan de un lleno absoluto.
"Además, en nuestro caso tiene mucha importancia para nuestros empleados la imagen de marca de prestigio que tiene la empresa. Los jóvenes demandan un empleador con un renombre internacional, que tenga un peso específico en su currículum".
Marca de prestigio
Así es. Ángela Díaz Valero es estudiante de Periodismo en la Universidad Francisco de Vitoria, en Madrid, y a la hora de elegir un trabajo tiene muy clara una cosa. "Es fundamental el nombre y la calidad del medio en el que empiece a trabajar, porque eso me dará un buen currículum".
El informe Los jóvenes españoles ante la empresa y el trabajo de PeopleMatters también ahonda en este aspecto. De sus conclusiones se extrae que las empresas que consigan diferenciarse como buenos lugares para trabajar, que ofrezcan unas condiciones y entorno de trabajo atractivos y refuercen su marca como empleador, serán las que consigan atraer y retener ese talento clave para el éxito de un negocio.
Indra juega con ventaja en este sentido. El nombre de su empresa es ampliamente conocido y, como señala Patricia Hernando, "nuestra imagen de marca, como una empresa de renombre internacional, tiene mucho peso en un currículum. Los trabajadores, sobre todo los que están en proyectos de gran envergadura, se sienten muy orgullosos de su compañía".(El economista, 21/11/2007)
Thibaud Roulin, LADE grupo 71
2 comentarios:
Mi experiencia y la de mis amigos es que, en bastantes ocasiones, cuanto más grande y aparentemente prestigiosa es la empresa, más grotescas son las condiciones de trabajo.
¿Flexibilidad? -> en lugar de pagarte las horas extras la mayoría dan unos días libres cuando mejor conviene.
¿Formación? -> se pagan cursos, pero no por gusto, sino porque es imposible aprender de los veteranos: ya no hay veteranos en muchas de las grandes empresas, casi todos han abandonado al cabo de unos años.
¿Prestigio? -> A veces hay mucha marca, mucho palabro anglosajón, pero pocos proyectos realmente interesantes, innovadores o bien hechos. El prestigio lo dan las tareas en que participas, no la publicidad de la empresa.
La mayoría de los jóvenes son fordistas y quieren que les paguen bien, que no los machaquen a horas extras impagadas y que las cosas se hagan bien en lugar de tener a un psicólogo dándonos palmadas en la espalda y vendiéndonos humo marca Goleman.
Ah, afortunadamente trabajo en un empresa razonable pero hay cada cárnica!!!
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